Hoy un desayuno épico. De fin de semana, tiempo de hacer cosas ricas, ganas de tomarlo con calma y algo de antojo de roscón. Unas tostadas francesas, simples y sin más, excepto que las he infusionado en leche con un ligero toque a roscón. Lo que hice fue infusionarlas en una leche con unas gotitas de agua de azahar, un poco de ralladura de naranja y canela. Muy simple, sólo una mínima preparación y un desayuno de lujo… Os lo cuento. Esto puntúa como desayuno navideño, que lo sepáis.
Ingredientes
- Rebanadas de pan viejo o ya de unos días o el que tengáis pero que sea resistente, un pan de molde se os va a hacer puré.
- leche
- mantequilla
- 2 huevos
- agua de azahar
- canela
- una rodajita de piel de naranja
- azúcar
- miel
- nueces
Ponemos una taza de leche aprox. a calentar a fuego bajito con una rodaja de piel de naranja o limón, unas gotitas de agua de azahar, una ramita de canela, una cucharada de azúcar y la dejamos infusionar. No es necesario que hierva. Cuando esté lista la ponemos en un plato hondo y ponemos las rebanadas de pan a remojar en la leche. Cuanto rato dependerá de vuestro pan, si es un pan duro y grueso, más rato, si es un pan tipo molde o fresco menos por que si no se empapará demasiado y luego será muy difícil manejarlo.
Batimos los huevos y los ponemos en otro plato hondo. Calentamos un cuadradito de mantequilla en la sartén. Cuando la mantequilla esté caliente pasamos el pan por el huevo batido y a la sartén hasta que se dore bien por ambos lados. Aseguraros de darle la vuelta con cuidado que se pueden desmoronar un poco si están muy cargadas de leche.
Las ponemos en un plato y las servimos con un poquito de miel y nueces por encima o si preferís sólo con un poco de azúcar, eso ya depende de vuestro gusto. A disfrutar!