Continuando con el post anterior sobre el origen del frijol colado he intentado seguir investigando pero no he conseguido más información. Que su origen está en la localidad de Ica-Chincha y que nos llega a través de la cultura afro peruana. Que en África se preparan judías dulces y que los asiáticos (Japoneses y Chinos) también tienen algo muy similar. Aunque no he conseguido conectar ambas cosas más allá de que actualmente los Chinos-peruanos lo utilizan para rellenar sus dulces como adaptación del que ellos preparaban.
Aun así, es delicioso. La receta es bastante simple. Lo único es que toma tiempo, eso sí. Yo lo he preparado con judías españolas, ni japonesas ni peruanas, judías pintas cocidas de navarra. Quitándome de encima el paso previo de poner las judías a remojar desde el día anterior, pelarlas y cocerlas…
He añadido leche, que la receta original no lleva por que el sabor de estas judías me resultaba muy fuerte y he añadido una pizca de maicena por que quería más consistencia para hacer las bolitas.
Aquí va la receta.
Ingredientes
- 1 bote de judías pintas cocidas
- ¼ taza de leche fresca
- 2 cucharaditas de maicena
- ½ taza de azúcar morena
- ½ taza de panela
- 2 clavos de olor
- canela
- sésamo
Lavar bien las judías, mucho para que no quede nada de conservante y escurrir. Colocar en una cacerola con la leche a fuego bajito. Añadir la panela, el azúcar, el clavo, la canela y finalmente la maicena. Llevar a un hervor y licuar todo muy bien. Parecerá una sopa de judías. Muy liquida, no deben quedar grumos. A partir de aquí es todo mover a fuego lento hasta que coja punto. ¡Y tarda o sea que paciencia!. Con amor hay que mover hasta que el punto sea espeso como para ver el fondo de la cacerola. Cuando esté listo retirar del fuego y dejar enfriar.
Colocar las semillas de sésamo en un plato y con una cuchara de té poner el frijol en el plato, con las manos un poquito húmedas ir rodándolo para que se peguen bien las semillas y hacer las bolitas.
Meter en la nevera para que se endurezcan.