Hoy una receta que huele y sabe a primavera, a buen tiempo, a paseos por el campo y desayunos bonitos. Que viene la mejor época del año y con ella mis frutas favoritas, los frutos rojos. Me gustan todos! Pocas cosas me emocionan más que un bol de frutos rojos con nata montada o crème fraîche… Debilidad absoluta. Así que estás magdalenas, muffins o como queráis llamarles son un tributo a eso.
Son muy fáciles de hacer, la receta es igual a la de un bizcocho, lo único que hay que tener en cuenta es que las frutas hay que pasarlas por harina antes de echarlas en la masa, eso es todo. Os lo cuento.
Ingredientes
- 2 tazas de harina de trigo blanca (normalita de repostería)
- 3/4 de taza de azúcar de caña integral
- 1 cucharadita de bicarbonato
- 1 cucharadita de polvo de hornear
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 2 huevos
- 1 vasito de yogurt natural
- 1/4 taza de aceite de girasol
- moldes de magdalenas
- papel de horno
- 1 taza de arándanos
- 1 taza de frambuesas
Pre calentamos el horno a 175ºC. Mis moldes son de metal, así que cortamos cuadrados de papel de horno y forramos nuestros moldes de magdalenas para no tener que fregar después. Si tenéis moldes de papel o de silicona esto no hace falta.
Mezclamos en un cuenco los huevos, el azúcar y el yogurt y añadimos la esencia de vainilla. Cernimos la harina con el polvo de hornear y el bicarbonato. Añadimos mitad de la harina a la mezcla y la mezclamos bien. A la otra mitad de la harina le añadimos las frutas y hacemos que se enharinen bien. Cuando estén bien enharinadas las añadimos a la mezcla y añadimos el resto de la harina. Añadimos el aceite y mezclamos bien todo hasta tener una masa homogénea.
Rellenamos los moldes hasta 3/4 de su capacidad (esto es importante para que hinchen bien). Los metemos al horno y dejamos unos 30 minutos más o menos. Comprobamos que estén doradas por arriba y la masa esté seca con un palito. Las sacamos y las dejamos enfriar en rejilla y fuera de los moldes (a menos que sean los de papel).
Enjoy!