Hoy toca polenta. Tal como la preparé anoche (y que por ser de noche se quedó sin foto). No tenía receta para esta semana y no iba a poner nada, pero estaba tan buena que pensé que se merecía un post aunque sea con dibujito. Es una receta salvavidas, de esas que se hacen en un plis plas y que está buenísima. La polenta para los que no estéis familiarizados con ella es una comida típica del norte de Italia y es básicamente una papilla de harina. Harina cocida para ser más exactos. Antiguamente se hacía de centeno o cebada, la más típica es de maíz pero también las hay de otros tipos de harina.
Se puede servir de diferentes maneras y con distintas cosas, a mi de pequeña me la daban en plan potaje con salsa de tomate o salsa napolitana, pero mi forma favorita de comerla es pasada por la plancha o frita. Me gusta más en bloque y un poquito crujiente así que así es como la preparo usualmente.
No es muy distinta a preparar un couscous y es igual de práctico. Se hace rapidísimo y soluciona una cena improvisada. Yo ayer la hice a la plancha, con un poco de verduras templadas a modo de ensalada tibia y con un poco de queso feta por encima. Lejos de la receta de la abuela me temo, pero os cuento como va.
Ingredientes
Lo primero es tener las flores de brócoli cocidas. Luego hacer la polenta, seguir las instrucciones del fabricante y cocerla sólo con una pizca de sal. Aproximadamente yo uso una medida de polenta por una de agua, la añado al agua hirviendo y retiro del fuego sin dejar de remover hasta tener la papilla hecha. Esto tarda un minuto! Así que cuidado de no quemarla. Como es para hacerla a la plancha la necesitamos consistente, más bien tirando a seca, así que si echamos mucha agua y queda demasiado blanda no nos va a servir para el molde! Necesitamos que quede un poco pastosa.
Cuando la tengamos hecha con un molde cuadrado, redondo o de la forma que sea la formamos en bloque. Queremos cuadrados o círculos de polenta comprimida. No las hagáis demasiado grandes para que sean fáciles de manipular en la plancha. Una vez hechos los cuadrados. Calentamos una pizca de aceite en la sartén u ponemos un diente de ajo entero. Pasamos la polenta por la sartén para que se marque y se doré bien por ambos lados. Cogerá un colorcito tostado y se quedará el exterior crujiente. Cuando estén hechos los reservamos.
En la sartén añadimos otro chorrito de aceite y sofreímos otro diente de ajo entero. Pasamos por la sartén el calabacín cortado en dados y el brócoli. Lo suficiente para que el calabacín cambie de color un poquito y se dore. Los sacamos y reservamos.
Picamos el tomate en trocitos y montamos el plato, el cuadrado de polenta y por encima las verduras con el tomate incluido. Un chorrito de aceite de oliva virgen, otro de vinagre, sal, pimienta y por encima el queso feta desmenuzado. Listo! Todo el proceso puede tardar 15 minutos así que ya tenéis una cena sana y rápidita para no caer en unos congelados!