El ají de gallina es un plato típico peruano, el origen se remonta hasta el antiguo Perú donde existía un ave parecida a la gallina llamada wallpa. Al parecer, al descubrirse Perú se encontraron gallinas parecidas a las de Castilla pero blancas.
Los Uchus o Waikas eran potajes de carnes diversas con ají. El ají de gallina que conocemos es producto del mestizaje de un uchu autóctono y un guiso de migas español.
Esta es mi versión.
1 pollo troceado de corral
1 vaso de vino tinto
1 cebolla
2 dientes de ajo
nueces
aceite de oliva
pan
leche fresca
2 ajíes mirasol
comino
queso pamersano
Poner a rehogar en aceite los ajos y la cebolla partida en dos. Añadir el pollo en trozos grandes (con huesos y todo) y echarle el vaso de vino. Dejar cociendo. Si se evapora mucho el vino añadir agua y dejar cocer hasta que el pollo este bien cocido por dentro y la cebolla pochada.
Limpiar dos ajíes amarillos, abrir en dos quitar las pepas y lavar bien. Poner en el vaso de la minipimer el ají y licuar con un bueno puñado de nueces y un chorrito del caldo del pollo. Debe quedar una pasta espesa.
Cuando esté listo el pollo separar la cebolla, el pollo, colar el caldo y reservar. Desmenuzar el pollo con un tenedor. Quitar huesos, nervios y demás y dejar solo la carne deshilachada. Remojar una loncha de pan gruesa en el caldo y añadir a la mezcla del ají y las nueces.
En la olla vacía, dorar un poquito la cebolla y añadir el pollo desmenuzado. Añadir la pasta de ají y mezclar bien, añadir unas cuantas nueces picadas en trocitos, sal y pimienta, un punto de comino y un chorrito de aceite de oliva. Dejar que se incorpore bien y añadir un chorrito de leche para soltarlo y un poco de queso parmesano.
Tradicionalmente se come con patata asada, arroz blanco, un huevo y aceitunas de botija. En ésta mi versión simplificada yo me lo comí con arroz integral e igual estaba increíble.