Hoy vengo a contaros que desde navidades (y gracias al novio maravilloso) soy una feliz poseedora de una maquina para hacer pasta. Siempre he querido una y ahora allí está, esperando a que le saque todo el partido del mundo! Y así espero que sea, me rehuso a que corra la misma suerte que otros cacharros en mi cocina (como el pobre sifón de cocina que ha hecho un puré de patatas y ya…) También he de decir que la pasta es de mis comidas favoritas en el mundo, así que le auguro un buen futuro a este romance. De momento llevo haciendo pasta 2 días y ya estoy enamorada perdida de la pasta fresca, recién hecha, es una maravilla! No es nada difícil, no hablo a nivel master, pero hacer una pasta sencilla y maravillosa es bastante fácil, lo prometo!
Hoy no os traigo una receta de cómo hacer pasta, eso vendrá más adelante cuando me haga del todo con ella, pero entre las cosas que hice, preparé unos ravioles rellenos de calabacín y ricota que estaban de muerte, así que os dejaré esa receta, que no tenéis que hacer los ravioles, podéis comprarlos frescos o usar la receta en cualquier tipo de pasta. Os lo cuento!
Pasta con calabacín, mantequilla, ricota y parmesano.
Esto es casi una no receta de lo fácil que es y a la vez lo delicioso. Para esta receta podéis usar la pasta que más os guste, si queréis ravioles comprad unos rellenos de ricota o de espinacas por ejemplo.
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Ingredientes
- la pasta fresca que prefiráis
- 1 calabacín
- 1 diente de ajo
- ricota
- parmesano recién rallado
- mantequilla
- sal
- pimienta
Picar el ajo lo más finito que podáis, lo mismo con el calabacín, picadlo lo más pequeño que os de. En una sartén poner una pizca de aceite y pasar el ajo y el calabacín por la sartén. Muy poco, sólo para quitarles lo duro de lo crudo y ya. Cuando eso esté listo lo reservamos.
Rallamos el parmesano. Mezclamos unas 4 cucharadas de ricota con el calabacín, la sal, la pimienta y el ajo, hacemos una pasta. Preparamos los platos. En cada plato (mejor hondos) colocamos un cuadradito de mantequilla de unos 2 cm.
Preparamos la pasta fresca como ponga en el paquete. Tener a mano los platos. Escurrimos la pasta bien en el colador y la ponemos inmediatamente en el plato sobre la mantequilla. Ponemos encima la pasta de ricota y calabacín. Otro poquito de mantequilla y parmesano. Mezclamos bien en el plato y servimos!
El truco de esto es que se mezcle todo en el plato en caliente, la mantequilla se fundirá con la salsa y el queso, para eso es importante que la pasta esté bien caliente. Posiblemente no hay manera más fácil y más buena de comer pasta que con mantequilla al plato, probadlo y disfrutar, no hace falta hacer salsas complicadas, ni nata ni historias!