Esta semana estoy perucha. Debe ser el mono que tengo ya de irme a Lima, que ya me toca y se me hace larga la espera. Así que os seguiré bombardeando de cosas peruanitas mientras tanto, hoy un recetón: Los súper anticuchos!
La palabra anticucho viene del Quechua (Anti=Andes, Kuchu=corte) algo así como corte de los andes. En su origen pre colombino se preparaban con carne de llama. Luego llegaron los Españoles con los esclavos africanos y se pasó a la carne de res, en concreto el corazón de la res y a ensartarlos en un pincho (como el pincho moruno). Los que comemos ahora son producto de esas fusiones. El clásico es el de corazón de vaca pero se puede preparar de cualquier cosa, como en este caso, de pollo.
Me encuentro a mucha gente que se resiste a la idea de comer corazón de vaca. Si tenéis la oportunidad, probarlos! No conozco a nadie que no se haya enamorado absolutamente una vez que se ha lanzado a probarlos. Yo no sé preparar corazón y para la primera vez he decidido intentar con los de pollo. La verdad es que no sé por que no los he hecho antes! Es bastante fácil pero es de esos platos a los que les tenía un respeto a preparar en casa.
Los anticuchos son el street food perucho por antonomasia. Se comen en la calle, en pequeños puestos o carretillas, hechos en parrilla y existe una figura mítica alrededor: La anticuchera.Si alguna vez vais a Perú comeros unos anticuchos de corazón, en la calle, hechos por una anticuchera… Es una experiencia!
La base del anticucho es la salsa mágica y el macerado de la carne (aparte de la parrilla). La base es el ají panca que podría ser muy parecido a un pimentón picante. No van a quedar como los de una anticuchera criolla ni remotamente, pero el resultado es muy bueno y bastante fácil, os lo cuento!
Ingredientes
- 1 pechuga de pollo
- pasta de ají panca molido o pasta de pimentón picante (El ají panca lo venden en las tiendas de productos latinos, o puestos de mercados como el de Maravillas o Mostenses en Madrid. No tengo claro que sea exactamente lo mismo que el pimentón picante, pero puede valer, os aconsejo buscar el ají panca ya que el sabor es brutal y os va a encantar)
- pimienta negra
- sal
- comino
- orégano
- aceite de girasol
- vinagre de vino tinto
- 1 diente de ajo
- palillos de pinchos
- Picamos la pechuga de pollo en trozos no muy pequeños
- Pelamos el ajo y lo trituramos con un mortero hasta hacer una pasta
- En un cuenco ponemos el ajo, una cucharada sopera de ají panca, sal, comino, pimienta negra recién molida, un bueno chorro de vinagre, un chorrito de aceite y una pizca de orégano.
- Mezclamos bien y probamos, rectificamos el sabor si necesita (más vinagre, más sal, etc…)
- Ponemos el pollo en un cuenco y ponemos la salsa , lo mezclamos bien y lo dejamos en la nevera hasta el día siguiente de ser posible o por lo menos unas tres horas.
Al día siguiente…
- Sacamos nuestro pollo macerado y lo insertamos en los pinchos, unas 4 piezas por palito y medir el tamaño de vuestra sartén! Si son muy grandes, poner menos y cortar los palitos.
- Calentamos un poco de aceite en una plancha o sartén plana, grande. Con la plancha muy caliente (humeando) hacemos las brochetas, que se doren bien pero cuidados de que no se os sequen.
- Echamos la salsa que nos quede en el recipiente en la sartén para darle un golpe de calor y lo servimos con patatas doradas.
Las patatas doradas son patatas asadas o cocidas, partidas por la mitad y luego pasadas por la placha con un poquito de aceite para que se doren por fuera.
Listo! Unos anticuchos caseros de fiesta total. Una recomendación, abrid bien las ventanas que humea bastante… y a disfrutar!