Category: Vegetarianos

Bueno hoy volvemos con las recetas. Después del fastuoso viaje a Perú ( ya habéis visto aquí lo poco y mal que hemos comido) toca ponerse un poco en orden, deshacerse del equipaje añadido en kilos y volver a la dieta saludable dentro de lo posible, al menos unos días de la semana que todos sería muy triste. Pero para no entristecernos hay platos como este que te hacen sentir que lo estás haciendo estupendamente bien y encima están buenísimos. Esta ensalada de templada tiene varios extras (sus friends) que la convierten en una mini fiesta. Por un lado unos champiñones salteados en ajo, por otro un poco de hummus y para rematar una cebollita encurtida. A ver quién se atreve a decir que las ensaladas son un rollo!

Ingredientes

Espinacas baby

Rúcula

Habas frescas

Aceitunas negras

Pimientos de piquillo (de bote)

Champiñones laminados

2 Dientes de ajo

Cebolla morada

Azúcar

Alguna salsa picante ( yo usé ají pero podéis usar cualquiera)

1 Bote de garbanzos cocidos buenos

Perejil

Limón

Tahin o pasta de sésamo

Aceite de oliva virgen extra

Sal

Pimienta

Vinagre balsámico

Vamos por partes…

Los champiñones
Comprarlos laminados ya que os ahorráis un rato de pica pica. Ponemos un chorrito de aceite de oliva en la sartén y cuando esté humeando añadimos un diente de ajo y los champis. Los salteamos bien y los reservamos.

Las habas
Las ponéis a cocer en un poco de agua. Cuando estén las pelamos y las reservamos.

El hummus
Lavamos bien los garbanzos y los ponemos en la licuadora ( yo uso una de vaso, necesitáis potencia). Ponemos un chorrito de limón, una pizca de sal, pimienta, una puntita de ajo, el tahin, unas hojitas de perejil y aceite de oliva. Licuamos. Si está muy espeso añadir un poquito de agua hasta que tenga la consistencia que os guste más. A mi me gusta más espeso pero eso ya depende de vosotros.Cuando esté listo lo reservamos.

La cebollita
Picamos la cebolla lo más finita posible y a un cuenco. Añadimos 1 cucharadita de azúcar, una pizca de la salsa picante, el zumo de unos 3 limones, sal, pimienta, unas hojitas de perejil picadas y un chorrito de aceite de oliva. Removemos bien y dejamos reposar para que se encurta bien la cebolla.

Montamos
Ponemos las espinacas y la rúcula, añadimos unos pimientos troceados, las habitas, las aceitunas, los champiñones, un par de cucharadas de hummus y montamos la cebollita por encima. Le añadimos un poco de sal y pimienta, un chorrito de vinagre y aceite y listo! Un fiestón ensaladero a vuestro servicio! A ser felices!

¿Ya estamos hartos del invierno, verdad? Yo al menos sí, no veo la hora de que vuelva el buen tiempo y pasen los días cortos y fríos. Soy un ser del semi trópico y me cuesta mucho la espera hasta que vuelven el calor y el sol. Pero como a todo hay que buscarle el lado positivo, una de las pocas cosas buenas que le encuentro al invierno son las sopas. Adoro las sopas en todas sus formas y mientras más cosas contengan más me gustan. Me gustan las sopas que hacen una comida, no un caldito con fideos (que está bien para un rato) sino las sopas contundentes que van cargadas de mil cosas buenas y que cuando las tomas te sientes mejor persona y todo.

Yo soy muy sopera. Las noches de invierno las sopas triunfan e incluso convierten a un chico al que no le gustan las sopas en fan de ellas. Esta que os traigo hoy es una versión de la sopa andina, ese plato maravilloso y contundente de los andes peruanos, cargado de todo y que te deja feliz. Esta es una sopa de verduras con quinua y trigo para que no haga falta nada más en la mesa. Una sopa que llena.

Estas son las verduras que yo usé, que son las que tenía en casa pero podéis poner otras si no tenéis todas estas, os lo cuento.

Ingredientes

• 1 Apio
• 1 puerro
• 2 zanahorias
• 1 nabo
• 2 dientes de ajo
• 1 cebolla
• un puñado de coles de Bruselas
• 1 pimiento verde
• 1 pimiento rojo
• 1 calabacín
• 1/2 taza de tomate triturado
• 2 puñados de quinua
• 2 puñados de trigo
• 2 pastillas de caldo vegetal ecológico
• sal
• pimienta
• aceite de oliva
• unas ramitas de tomillo
• 4 tazas de agua

………………………………………………………

1. Lo primero es preparar las verduras, picar y pelar! Así que ha picar las cebolla y el ajo en trocitos finos, el puerro y el apio en rodajas, la zanahoria, el nabo y los pimientos en cuadritos, las coles por la mitad y quitando las hojas de fuera, el calabacín en dados.
2. Ponemos a calentar aceite en una cacerola grande. Sofreímos el ajo, la cebolla, el puerro, que se dore un poquito y lanzamos los pimientos y dejamos que dore bien sin que se queme ni se churrusquen mucho, siempre removiendo.
3. Añadimos el tomate triturado y lo sofreímos un poco.
4. Añadimos el agua y las pastillas de caldo.
5. Añadimos el resto de las verduras.
6. Añadimos los puñados de trigo y quinua previamente lavados y escurridos.
7. Sal, pimienta y unas hojitas de tomillo.
8. Dejamos cocer a fuego bajo, lo que haga falta hasta que el trigo esté bien cocido que es lo que más tarda.
9. Cuando esté listo dejamos reposar un rato y retiramos con una cuchara y mucho cuidado la grasita de encima.
10. Calentamos y servimos!

* Para un punto más andino aun le podemos añadir unos cuadraditos de queso fresco tipo latino o queso tierno o un chorrito de leche eso ya, al gusto de cada uno.

Una de mis cenas favoritas cuando empieza el frío son los purés de verduras y digo “los” porque creo firmemente en la variedad de purés de verduras y no en tener “un” puré de verduras en la vida y poco más. Con la de verduras que hay y las posibilidades que ofrecen, realmente ¿vamos a comer sólo uno? Por supuesto que no! Así que entre las muchas variantes que se le pueden y deben poner a los purés de verduras como las especias, cambiar aceite por mantequilla, distintos caldos, añadir diferentes quesos o leches veganas también está la de añadirles frutos secos.

Estamos en plena temporada de castañas y yo he desarrollado una especie de adicción, así que aso castañas todo el día aplicadamente. Como a veces me sobran pues las voy incluyendo en cosas como en este puré. Os lo cuento!

Ingredientes

1 manojo de apio

1 puerro

2 zanahorias grandes

1 nabo

2 patatas

leche de avena

aceite de oliva

sal

pimienta

1 diente de ajo

1 taza de castañas asadas

2 tazas de agua

Las castañas
Coged aproximadamente unas 10 castañas, les hacéis una cruz con un buen cuchillo (que son duras) para abrir la piel y que se hagan bien por dentro. Las colocamos en la bandeja del horno con un papel de horno debajo y las ponemos en la parte alta del horno unos 20 minutos a unos 170ºC. Movedlas a los 10 minutos un poco y cuando estén listas, torraditas y se hayan abierto bien, las sacáis y las dejáis enfriar.

Una vez frías las peláis y las reserváis.

El puré
Pelamos el ajo, las zanahorias y el nabo. Limpiamos bien el apio y pelamos las patatas. Calentamos un poco de aceite de oliva y sofreímos el ajo con el puerro, dejamos que se doren, que cojan colorcito y añadimos las zanahorias en rodajas, las patatas y el nabo en trozos. Añadimos agua hasta cubrirlas y dejamos que se cuezan las verduras a fuego medio.

Cuando estén bien cocidas, pero no deshechas, que no es necesario y pierden sabor y propiedades! Añadimos la leche de avena para darle cremosidad y añadimos las castañas en trozos, partidlas con la mano. Mezclar todo bien y retirar del fuego.

Dejad que enfríe un poco y lo pasáis por la licuadora. Cuando lo tengamos bien licuado le añadimos sal y pimienta al gusto y listo, un par de cenas resueltas!

Al más puro estilo de Magritte me voy a posicionar en que “Esto no es una receta de pimientos” y no lo es porque no hay receta. Sólo comparto opciones. De Galicia regresé con ganas de más, sobredosis de marisco y una adicción absoluta por los pimientos de Padrón. He comido pimientos todos y cada uno de los días que pasé en la costa gallega y claro, al llegar a Madrid tenía un serio problema de abstinencia. Así que me he hecho con unos pimientos gallegos y he decidido investigar al respecto.

El primer intento y muy satisfactorio fue freírlos, claro. Y esto es genial y están de muerte! Pero… a la tercera bolsa en una semana (y poco) decidí que como siguiera a ese ritmo de fritureo iba a tener problemas cardiovasculares en un futuro no muy lejano así que decidí probar de hacerlos al horno y oye, un hit!

Así que os lo cuento! Cogéis los pimientos. Ponéis un papel de horno en la bandeja y los colocáis. Les echáis un chorrito de aceite de oliva virgen y lo esparcís un poco con un pincel y al horno con el grill puesto hasta que los pimientos empiecen a churruscarse! Los sacáis, les ponéis sal y listo! Fácil, rápido, limpio y sano (aparte de las calorías que nos quitamos de en medio!).

De esta manera no hay culpabilidad alguna en consumir pimientos como si no hubiera un mañana! Enjoy!

Hoy os traigo una mini dibureceta de despedida. No por nada, sino por que me voy de vacaciones! (jou jou, cara de máxima felicidad). Así es, desaparezco unas semanas, nada de ceviches, ensaladas, bizcochos, hornos, ni nada de nada. Sólo el mar, el amor y la vida fuera de Madrid que por muy bonito que sea, hace falta salir, respirar y cargarse de sal y aire. Así que para terminar mi semana os he traído una receta fácil, fresquita y rica para los que aun no os vais o ya habéis vuelto. Pasarlo bien, disfrutar del verano que es lo mejor del año y a ser felices!

Ésta ensalada es fácil, sólo necesita una pasadita por la sartén (muy rápida) de los calabacines y el resto es mezclar y disfrutar. Aquí os va!

Ingredientes

1 calabacín

1 Pepino

1/2 taza de aceitunas sin pepas (verdes o negras)

sal

pimienta

albahaca fresca

aceite

vinagre

1 diente de ajo

Pelar el calabacín y el pepino y cortarlos en rodajas muy finitas. Calentar una sartén con una puntita de aceite de oliva y colocar el diente de ajo (con piel) para que se dore un poquito y le de sabor al aceite. Pasar los calabacines por la sartén, lo mínimo para que se marquen un poco y se ablanden. No los hagáis demasiado, que queden enteros.

Luego los juntamos con el pepino y las aceitunas, añadimos sal y pimienta, un chorrito de vinagre, un chorrito de aceite y por último unas cuantas hojitas de albahaca y listo!

Una ensalada veraniega total. Se come templada, pero si no os va podéis dejar enfriar los calabacines antes de juntarlos con el resto, aunque templada está muy rica os lo advierto!

Con esto me despido, pasar unas buenas vacaciones y ya nos vemos a la vuelta!

De vuelta al lunes. Lo sé, es duro después de los días bonitos de piscina, mucho calor, batidos, comidas ricas, siestas, arrumacos y helados, síp… es duro. Pero como no queda alternativa y hay que animar la semana, yo sigo con mis recetas veraniegas que al menos aportan un poquito de frescor en estos días de temperatura infernal que llevamos.

Hoy os traigo una sopa fría. Soy muy fan de las sopas frías, así en general. El gazpacho y el salmorejo son mis fetiches veraniegos y cualquier variación de verduras frías y licuadas me suele chiflar. Hoy tengo una verde para variar de colorines. Calabacín y pepino, todo crudo, todo fresco y todo rico. Uno de los mejores descubrimientos que he hecho en el último tiempo es el calabacín crudo, marinado, muy poco cocido y crujiente. Me he vuelto fan de las posibilidades del calabacín. Ésta es sólo una de ellas.

Ingredientes

2 calabacines grandes

1 pepino

1 cebolleta

1 diente de ajo

aceite de oliva

leche de soja

sal

pimienta

vinagre de vino blanco

hierbabuena (opcional)

Esto se parece mucho a un gazpacho y es igual de fácil de hacer. Sólo necesitamos una buena licuadora, robot de cocina (o lo que tengáis) pero que tenga potencia. Empezar por pelar la cebolleta (la parte blanca) y cortarla en 4 trozos. El ajo pelado, le quitamos la hebra de el centro y lo partimos en dos. El pepino y el calabacín bien lavados, no les vamos a quitar la piel, les cortamos las puntas y los partimos en trozos.

A la licuadora todo, empezar licuando la cebolleta, el ajo (poner medio y probáis…sí os falta más añadir el resto) y el pepino. Ir añadiendo el calabacín y un chorrito de aceite de oliva. Añadir el vinagre (muy poco), la sal y la pimienta. Para darle la textura más liquida y cremosa le ponemos un poco de leche de soja. Licuar bien, que no queden trozos. Si queréis le podéis poner unas hojitas de hierbabuena por encima, o unos trocitos de pepino a modo de tropezones, eso lo dejo a vuestro gusto. La metéis en la nevera y listo, cuando esté fría está lista para tomar, más fresquita imposible!